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De la pérdida de la ortografía a la de la libertad

Escuela Republicana


Alfonso J. Vázquez | Unión Republicana

Es interesante señalar la frecuente confusión error que se aprecia en los whatsapp y en los comentarios a los artículos entre "por qué", "porque" "porqué" y "por que"; No es infrecuente tampoco lo confusión entre "haber" por "haver" que puede tener la disculpa de la proximidad de ambas letras en el teclado pero que no cabe cuando se pone ·"a ver"; también es frecuente que la falta de tilde convierta hacía en hacia. Duele leerlo.

La causa de estos errores es doble: la primera es el desconocimiento de las reglas de ortografía; la segunda, que es la más grave, es la de no leer.

Quién lee no comete errores gramaticales de esa naturaleza; esa es la primera ventaja de leer; la segunda es que leyendo se tiene la oportunidad de aprender lo que no sabe; la tercera es que quien no lee no reflexiona.

Leer implica interés en conocer lo que han reflexionado los demás; esa falta de interés en las reflexiones ajenas nace del desinterés en reflexionar uno mismo. Es lo contrario a creer; creer es aceptar lo que dice otro sin cuestionárselo. Es el camino expedito para el “pensamiento único”, que es el fundamento de todos los regímenes totalitarios, algo que permite identificar a los partidos emergentes cuya esencia es totalitaria.

Por eso la II República, que se había encontrado con un país en el que algunas provincias tenían mas del 70 % de analfabetos se planteo y puso en marcha un proyecto de alfabetización consistente en la creación de 27.000 escuelas nacionales en todo el país poniendo en práctica el proyecto regeneracionista de Costa planteado el siglo pasado e iniciado tímidamente en los años 10. No puede sorprender que la derecha, la causante de ese analfabetismo durante siglos, frenaría ese plan, casi lo canceló, porque prefería ciudadanos analfabetos que es una forma de tener siervos.

Pero el plan republicano iba más allá de la alfabetización El preámbulo del plan profesional decía así “Urgía crear escuelas, pero urgía más crear maestros, urgía dotas a la escuela de los medios para que cumpliera su función social que le está encomendada, pero urgía más capacitar al maestro”. Eso es lo que estaba previsto para el segundo plan quinquenal. El golpe de Estado de 1936 no sólo acabó con el Plan Profesional, cuyos títulos no quiso reconocer, que fomentó el asesinato de los maestros, como nos recuerda esa encantadora y aterradora novela “La lengua de las mariposas”.

En el pasado los partidos políticos revolucionarios instruían a sus militantes discutiendo los fundamentos de su ideología de defensa de la libertad de todos los seres humanos y de la igualdad de sus derechos. En la actualidad los partidos políticos conservadores no quieren militantes instruidos sino sólo militantes disciplinados en los que se pueda confiar; que acepten sin discutir la doctrina del mando; que se traguen lo que “dice el jefe porque si es jefe es porque sabe más” que en lugar de razonar “regurgite lo que se le diga que tiene que decir, aunque no lo entienda”. Si no tienes fe en el mando, no eres un buen militante, se le dice.

La doctrina de la iglesia católica enseña qué hay que creer y prohíbe decir lo contrario y amenaza con la excomunión; en tiempos pasados cuando tenía poder para ser intolerante amenazaba con la hoguera, condena y ejecución que ella “cínicamente” encargaba al “brazo secular” porque ella respetaba el quinto mandamiento que exige “no matar”, aunque presidia los asesinatos públicos.

El Corán, con equivalente intolerancia, obliga a creer todo lo que en él se dice Al disidente lo puede condenar a muerte cualquier “mando intermedio” tras la correspondiente “fatwa”.

Los partidos políticos cuya esencia es ser totalitarios tienen también su “catecismo”; se llama “argumentario”; en él constan las respuestas que hay que dar a las acusaciones que se puedan hacer respeto a la nula ética real del partido. Me recuerda lo que me comentó un amigo que había estudiado en el Seminario respecto a sus enseñanzas de Filosofía: en realidad, no entrábamos en el estudio fundamental de las doctrinas filosóficas contrarias al pensamiento de la iglesia; sólo teníamos que saber las refutaciones.

No enseñar a leer; no invitar a leer; no leer, es la mejor forma de llevar a buen término la promesa a Fernando VII que se le atribuye al Claustro de la Universidad de Cervera, atribución que parece ser falsa: “alejemos de nosotros la funesta manía de pensar”. Por tener esa manía y, sobre todo por decirlo en voz alta, Fernando VII cerró el Ateneo de Madrid en 1823 y Franco lo secuestró en 1939. Ahora se acaba de prohibir que en el Ateneo se pueda expresar lo que pensamos a través de la nueva web que ha impuesto ilegalmente su Junta de Gobierno.

No debería sorprendernos, Orwell ya nos llamó la atención sobre ese particular en “1984”. También Huxley en su “Mundo Feliz”. Antes lo hiciera Kafka en "El proceso". Ya estamos en la situación de indefensión que él nos contaba frente al poder administrativo, político, de los fondos buitres muchos peores que aquellos bancos de los que nos hablaba Steinbeck en "las uvas de la ira". El virus “Corona 2019” ha eliminado el contacto personal entre los ciudadanos y sus administradores hasta el punto de que para poder presentar un escrito en el registro hay que pedir cita, aunque las demoras hagan imposibilita cumplir los plazos que se nos dan por la propia administración.

Con el teletrabajo se está eliminando el contacto entre los trabajadores por si no fuera bastante con el nulo sentimiento sindical. Cuando los ciudadanos seamos hormigas a las que se les haya hecho perder su original sentido griego de "zoonpolitikoon", personas que conviven y tienen proyectos comunes, y se nos haya convertido en seres individuales sólo preocupados por sobrevivir, será mucho más fácil atropellar nuestra libertad de lo que lo fue en tiempos pretéritos; el comienzo será la eliminación de nuestros derechos a la no discriminación como nos decía Niemöller: “Primero vinieron por los socialistas, y yo no dije nada, porque yo no era socialista …”

¿Qué podemos decir ahora de la enseñanza pública? Por desgracia fueron los socialistas, entonces Felipe González era el presidente del Gobierno, quienes potenciaron los centros privados en lugar de apoyar la enseñanza pública generando una hipoteca hoy más difícil de erradicar. Y en las comunidades gobernadas por la derecha se ceden a 90 años terrenos públicos a empresas privadas de propiedad reaccionaria a la educación; lo suyo es el adoctrinamiento “pro domo eorum”. Fruto de ese planteamiento, la Republica, la “re publica”, lleva camino de convertirse en un concepto grecolatino que conoceremos en los museos de antropología.

Pero no le echemos la culpa a los demás, cierto que la ley electoral es un fraude, pero los votos siguen siendo nuestros.

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