Alfonso J. Vázquez Vaamonde | Presidente de Unión Republicana
Decir algo y lo contrario permite cumplir lo prometido la mitad de las veces. Antes a ese tipo de gente que simultáneamente dice “arre” y “so” se la despreciaba porque producía nauseas. Antes, cuando se llamaba a las cosas por su nombre se les llamaba caraduras; ahora somos más “delicaditos” y usamos eufemismos.
A su sombra florecen los aprovechados que logran sus “beneficios marginales”. A eso ahora se le llama colaboración público-privada. Antes se decía “meter el cazo”, pero hoy eso se considera descarado. Y si se hacía era de modo subrepticio; como con los robos que se procuraba ocultarlos. Ahora se ha perdido a vergüenza, si es que alguna vez se tuvo y se entra a saco. Se cobran sobresueldos que se ocultan ilegalmente o se suben un 50 % ¿legales? A eso se le llamaba coima “sueldo que percibe el garitero por preparar la mesa para el juego”. Ahí se forrarán los inversores que financian sus campañas electorales ilegalmente.
Pero ahora a ese latrocinio los jueces no lo califican como coautoría de robo como si hacen con los peristas Ahora lo llaman “beneficios a título lucrativo” cuando son compraventas tan ilegales como las del perista; o como en el caso de las famosas mascarillas del virus corona, casi logran la medalla de Isabel la Católica. Merecían la laureada, pero no la de S. Judas, abogado de causas difíciles y desesperadas. Nada hay más fácil que forrarse a base de beneficios del 400% o por subirse el sueldo hasta un 50 % o cobrando sobresueldos diversos Su denominación es sólo un problema de imaginación: gastos de representación, en activo o cesantes, o cualquier otra denominación. ¿No son empleados públicos?; pues que se les aplique el estatuto de los trabajadores cuando finalice su contrato. ¿O es que no son trabajadores y por eso se les aplica el estatuto de los mangantes?
Suecia es un país donde se les da despachos de siete metros cuadrados, apartamentos pequeños y límites estrictos a la hora de usar el dinero ajeno, aquí se considera propio, el de los contribuyentes en su actividad parlamentaria. Tampoco tienen asesores propios pagados con dinero ajeno; para eso hay funcionarios seleccionados por su merito y capacidad. Se pagan sus tes con su propio dinero de su sueldo, como hace todo trabajador; ese mismo trabajador al que le niegan la subida del salario mínimo temen que no les llegue par su coima.
Así que,“¡a votarles, oe, a votarle, oe, votarles oe, a votarles oe, oe, oe!” Otra opción, la pilatesca, es lavarse las manos y no ir votar.
Si el súbdito engendra al rey, el corrupto engendra al cacique al que vota. Al final, aun en las “democracias”, cada país tiene el sistema político que se merece. Algo que es independiente con que ese país sea el que nos merezcamos todos. No creo que ni los palestinos, ni los saharauis, ni a las decenas de miles de ilegales a los que asesinamos, pero sin ser asesinos, se merezcan el que les han dejado y en el que queremos que “se mueran y nos dejen en paz”. No es tan difícil ser decente como lo fue el General Cárdenas con los miles de españoles republicanos. Gente así es una “especie en extinción” de la que no se preocupan los ecologistas.
Quienes los asesinan son los “ilegales” tour-operadores Nosotros sólo vemos la TV. Y cambiamos de canal, porque es inmoral estar comiendo viendo cómo se ahoga la gente; y sobre todo es indigesto.
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