Unión Republicana ante el 150 aniversario de la Primera República
Este sábado 11 de febrero se cumplen 150 años de la proclamación en las Cortes de la Primera República española en 1873. Con motivo de la efemérides, desde UNIÓN REPUBLICANA queremos rendir un merecido homenaje a su recuerdo y destacar la enseñanza que éste ofrece.
Tras el destronamiento de la reina Isabel II y la abdicación del rey Amadeo de Saboya se proclamó en España la Primera República. Este hecho histórico reviste una importancia excepcional porque la República fue el primer intento serio de establecer en España un régimen verdaderamente democrático.
Al terminar el 11 de febrero de 1873 la solemne sesión que reunió al Senado y al Congreso en Asamblea Nacional, ya había nacido “La Niña” con 258 votos a favor y 32 en contra. Por un libre acto de soberanía, España pasó de la Monarquía a la República, sin conmociones, sin tiros, sin violencias y sin romper un cristal, dejando en la Historia, como glorioso precedente, toda una lección de Democracia.
El ilustre republicano Emilio Castelar pronunció desde la Tribuna el siguiente discurso: «Señores, con Fernando VII murió la monarquía tradicional; con la fuga de Isabel II, la monarquía parlamentaria; con la renuncia de don Amadeo de Saboya, la monarquía democrática; nadie ha acabado con ella, ha muerto por sí misma; nadie trae la República, la traen todas las circunstancias, la trae una conjuración de la sociedad, de la naturaleza y de la Historia. Señores, saludémosla como el sol que se levanta por su propia fuerza en el cielo de nuestra Patria».
El advenimiento del nuevo régimen fue recibido con esperanza, entusiasmo y júbilo por parte de las clases populares en las calles de Madrid. La España republicana recibió la proclamación con sones de fiesta mayor, y la conservadora, aunque guardando una actitud expectante, inicialmente se mostró respetuosa para con el nuevo régimen.
El primer Gobierno de la República tuvo que afrontar numerosos problemas en lo económico, social y político que se habían enraizado durante los reinados de Isabel II y Amadeo de Saboya. La República contaba con una fuerte oposición por parte de los grupos sociales e instituciones más poderosas del país contrarios al nuevo régimen: la alta burguesía, los terratenientes, los altos mandos del Ejército y la jerarquía eclesiástica. La falta de apoyos y las conspiraciones militares “alfonsinas” contra la República naciente provocaron una enorme inestabilidad política agudizada por tres guerras civiles simultáneas: la Tercera Guerra Carlista y la sublevación cantonal en la península ibérica y la Guerra de los Diez Años en Cuba.
Por otra parte, una vez formado el Gobierno, los partidos republicanos se enzarzaron en desavenencias y discordias políticas, separándose del ideal que meses antes del advenimiento de la República los uniera. Los dirigentes republicanos tenían concepciones políticas distintas y tácticas diferentes. La doctrina continuaba siendo la misma, lo que variaba era la fórmula de aplicación. De esta forma, el federalismo de Francisco Pi y Margall, quería edificar el Estado por abajo, mientras que el centralismo de Nicolás Salmerón aspiraba a construirlo desde arriba. Por su parte, Estanislao Figueras intentaba conciliar fórmulas y posiciones; mientras que Emilio Castelar discrepaba de sus amigos, donde antes pedía libertad, ahora reclamaba orden, orden y orden para con él y sobre él consolidar la República.
En este contexto de inestabilidad, la Primera República tuvo cuatro presidentes en el breve lapso de un año: Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Nicolás Salmerón y Emilio Castelar.
Por su parte, los dirigentes republicanos trataron de emprender una serie de reformas como la separación de la Iglesia y el Estado, la supresión del impuesto de consumos, la eliminación de las quintas, la abolición de la esclavitud en Cuba y Puerto Rico, la reglamentación del trabajo infantil y un proyecto constitucional basado en una República Federal.
La vigencia de la Primera República se prolongó durante once meses hasta el golpe de Estado del general Manuel Pavía el 3 de enero de 1874. Las Cortes republicanas fueron disueltas y se estableció la dictadura del general Serrano que se tradujo en un simple paso previo a la restauración de los Borbones tras otro golpe militar por parte del general Martínez Campos, el 29 de diciembre de 1874.
Tras el final de la Primera República, muchos de sus dirigentes fueron perseguidos por sus ideas y optaron así por el exilio. En 1885 el gobierno liberal de Práxedes Mateo Sagasta ordenó una amnistía para los delitos políticos o de imprenta. Después y tras un medida de gracia, los dirigentes republicanos exiliados regresaron a España y retomaron sus actividades políticas.
Años más tarde, los partidos republicanos -centralista, federal y progresista- limaron sus asperezas y volvieron a unirse para aunar esfuerzos y voluntades de cara a las elecciones (1). De esta forma, en las elecciones de febrero de 1891, la coalición de UNIÓN REPUBLICANA logró 26 diputados, entre ellos, Nicolás Salmerón, Emilio Castelar, Pi y Margall y Ruiz Zorrilla.
El 23 de enero de 1893 se publica el manifiesto de UNIÓN REPUBLICANA y sus bases doctrinales. Entre los firmantes aparecen: Gumersindo Azcarate, José María Esquerdo, Rafael María de Labra, Eduardo Palanca, Francisco Pi y Margall, Ruiz Zorrilla y Nicolás Salmerón. En los comicios celebrados el 5 de marzo de 1893 la unión de los republicanos lograría 32 diputados.
La principal enseñanza que nos ofrece la primera experiencia republicana, es la de haber sentado un precedente democrático que allanó el camino para que, 57 años después, se proclamara la Segunda República Española, un 14 de abril de 1931.
Secretaría de Comunicación de Unión Republicana
Notas:
(1) Recordamos que en las elecciones generales de 24 de marzo de 1872, un año antes de proclamarse la Primera República, los republicanos se aglutinaron, por primera vez, en torno a la candidatura de UNIÓN REPUBLICANA representada por Francisco Pi y Margall y Estanislao Figueras como candidatos a diputados por Barcelona.