Las mujeres que integramos Unión Republicana somos muy conscientes de que la rebeldía nunca es espontánea. La rebeldía nace sobre un escalón de indignación que se ha creado ante la clara percepción de la opresión permanente, manifiesta y vital que un día se organiza y alza la voz ante la mayor de las injusticias, esa es la historia del 8 de marzo.
Cada 8 de marzo recordamos el sangriento origen de esta conmemoración que concentra en esta fecha la indignación colectiva, que despertó conciencias, con el asesinato premeditado de un grupo de obreras del textil que reivindicaban sus derechos laborales en una fábrica de Nueva York. En aquel momento histórico nació el símbolo de una historia de siglos de lucha.
Un símbolo que concentra el recuerdo de todas las mujeres, de todos los tiempos, que han luchado y luchan para alcanzar la igualdad real y efectiva convirtiéndose en un movimiento social internacionalista, diverso, formado por mujeres de diferentes orígenes e ideologías, unidas y organizadas colectivamente en lucha conjunta contra la desigualdad.
Hoy se decide de forma arbitraria y sectaria que manifestaciones o concentraciones son aceptables por seguridad sanitaria y cuáles no aunque observen similares normas de seguridad. Todos los colectivos, hasta los negacionistas sin mascarillas y los fascistas mano alzada, han podido concentrarse y reivindicar sus premisas pero las mujeres no, las mujeres no debemos y todos se sienten con derecho a opinar sobre lo que es mejor para nosotras y decirnos , bajo la excusa sanitaria, que es lo que tenemos o no tenemos que hacer. Si las mujeres nos concentramos nos convertimos, al parecer, en la causa de todos los males demostrando, una vez más, que vivimos en una sociedad controlada, patriarcal y por ende desigual.
Las mujeres republicanas llevamos demasiadas luchas, lágrimas y sangre a nuestras espaldas como para que se nos silencie, porque si algo ha puesto de manifiesto esta pandemia del covid-19 es que, lamentablemente, la desigualdad por razón de sexo es, y sigue siendo una realidad. El tiempo femenino y de dedicación a la reproducción, la crianza y los cuidados no tienen valor pecuniario en nuestra sociedad, tampoco tienen reconocidos derechos, existe por tanto una innegable brecha de género en salarios y pensiones.
En esta pandemia ha aumentado el paro femenino, así como el número de mujeres que piden reducción de jornada o trabajo a tiempo parcial para poder cuidar a su familia durante la pandemia.
Muchas mujeres han perdido sus trabajos o han visto empeorar, aún más, sus condiciones laborales: temporeras, camareras, cuidadoras, kellys.. por no hablar de lo que esta situación ha llegado a afectar a las mujeres migrantes. El teletrabajo ha supuesto un estrés mayor para las mujeres, que están viviendo dobles jornadas agotadoras.
Las mujeres víctimas de violencia machista han tenido que convivir confinadas con sus maltratadores. Las mujeres víctimas de abusos han tenido que convivir con sus abusadores. Continúa la violencia machista y el acoso sexual contra las personas y colectivos LGTBI.
El cuerpo de las mujeres sigue considerándose una mercancía en la publicidad, pornografía, prostitución, en la trata y en los vientres de alquiler. Las mujeres con diversidad funcional han tenido mayores dificultades para realizar su vida cotidiana y han visto disminuida su integración laboral y social.
En el terreno educativo las niñas siguen sin tener referentes y los manuales están huérfanos de figuras femeninas que tanto en las letras como en las ciencias llenaron la historia republicana. La elección de estudios superiores está condicionada, sin ninguna duda, por los roles, estereotipos y modelos aprendidos e imágenes ausentes en los libros.
En este 8 de marzo este es nuestro mensaje, la denuncia y el compromiso con una sociedad igualitaria en defensa de los derechos humanos. A los sectores reaccionarios, y a los sectores que se revisten de progresistas, condescendientes y paternalistas que esconden su intención de que nada cambie bajo una intencionada criminalización, las mujeres os decimos: no vamos a detenernos, no vais a ganar, nos asiste la razón y la justicia, con nosotras las mujeres, ni pudieron, ni podrán.
Desde Unión Republicana os decimos: porque otras fueron, nosotras somos y porque nosotras somos, otras serán.
Comunicado de las Mujeres de Unión Republicana para el 8 de Marzo de 2021