Salva Artacho | Unión Republicana
Vivir con dignidad significa que eres un ciudadano con derechos y deberes, que cumples con la sociedad y ella te devuelve tu dedicación con derechos tangibles y concretos, con servicios públicos que previamente tu has financiado con tus tributos directos e indirectos.
Vivir con dignidad significa que participas y eres escuchado y decides en la vida pública. Para ello es necesario que cada ciudadano goce de los mismos de deberes y derechos, de las mismas obligaciones y oportunidades. Algo no se da en esta sociedad cuando los corruptos, algunos pillados y si son condenado lo son a tibia penas y en cuatro días a la calle, pueden gozar de los millones y casas que se han apropiado indebidamente y un pobre sin empleo ni oportunidad de tenerlo, obligado por la necesidad extrema entra en un supermercado y coge "un pan, una botella de aceite o un un envase de leche y como no lo puede abonar es aprendido y tiene que responder ante la justicia, es tratado como un “delincuente”... Con más tres millones de parados y hablando tan alegremente periodistas y medios de comunicación que en en el 2020 superaremos con mucho ese escalofriante número desempleados... ¿Cuántas veces se repetirán esos actos movidos por la necesidad y la desesperación?
Me pregunto ¿Qué sociedad tan dual estamos construyendo? ¡Una minoría tanto y una mayoría cada vez menos! ¿Por qué le costó tanto a la justicia detener al ex-patrón de patronos Diaz Ferrán, cuando era de sobras conocida su condición de “supuesto” ladrón? ¿Por qué casi vemos la corrupción por todos los lados, convivimos con ella y no nos rebelamos? ¿Por qué nos dejamos gobernar por políticos cuyo programa de gobierno es toda una mentira? ¿ Acaso somos el país de Alí Babá y los cuarenta ladrones? ¿Por qué "respetamos" tanto a una constitución que NO nos cumple ningunos de los derechos sociales que supuestamente proclama a favor del pueblo y sí todos los que favorecen al borbón y a los ricos?
Vivir con dignidad significa no solo reivindicarla, sino luchar por ella hasta imponerla, no caben “pactos de para más adelante”, o “este no es el momento” o ya “llegará el día D”... no dejan de ser excusas que esconden nuestra impotencia, nuestra falta de lucha, nuestras débiles convicciones o el apego a los sillones y las carteras.
Vivir con dignidad es no aceptar que el padre del rey actual huya de la justicia y no responda de sus desmanes y abusos.
Vivir con dignidad es poner de vuelta de perejil a los jueces que absuelven a los estafadores de Bankia y no pasa nada...
Vivir con dignidad es deponer la injusticia de la justicia, por una justicia igual para todos.
Vivir con dignidad es no aceptar que los políticos de las autonomías se enfrenten y burlen en plena pandemia a las medidas que los expertos sanitarios proponen y son necesarias para construir la barrera sanitaria necesaria, solo porque se mueven por sus intereses partidistas oscuros.
Vivir con dignidad es educar a nuestros hijos en valores, responsabilizarnos de ellos y defender por encima de todo la escuela pública.
Vivir con dignidad es exigir el fin de la contra-reforma laboral que la derecha nos impuso hace unos años y nos sumerge en la precariedad y el hambre.
Vivir con dignidad es reclamarla, no ceder y ponerla en marcha, es conseguir la libertad, la igualdad, la fraternidad.
Vivir con dignidad... cuánto nos falta por hacer.
Salud y República
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