Según Fernando Valera, histórico cofundador e ideólogo de Unión Republicana: «No todo hombre que vive en sociedad es ciudadano. El esclavo, el siervo, el vasallo y el súbdito, son seres sociales, pero no ciudadanos. La ciudadanía implica el disfrute de derechos y el ejercicio de los deberes políticos, esto es, la facultad de intervenir en el gobierno de la sociedad política»
El ideario de Valera indica que: «Las cuatro columnas fundamentales del estado republicano son: el ser humano libre, la nación independiente, la sociedad justa y solidaria y el pueblo soberano».
Atendiendo a esta premisa, el republicanismo nace como expresión alternativa a la monarquía, donde el poder del Estado se ejerce -totalmente o en parte- por un solo individuo o familia, vinculado en la figura del rey, de manera vitalicia y hereditaria; apoyado desde grupos o familias privilegiadas que conforman la oligarquía.
En la actualidad existen regímenes basados en monarquías parlamentarias o constitucionales, que son un engendro híbrido entre el despotismo y la República democrática constitucional; dos principios absolutos irreconciliables, como son el derecho divino de los reyes y la soberanía nacional.
Para el ilustre republicano Fernando Garrido, «las monarquías constitucionales no son más que la expresión de flaqueza del poder real que se ve obligado, a pesar suyo, a transigir con los derechos del pueblo y de la ignorancia de este, que liberal, más por instinto y sentimiento que por convicción, no tiene conciencia de su derecho y de su fuerza».
Y añade: «Los reyes no han admitido nunca los derechos populares, ni en España, ni fuera de ella, sino cuando no han podido pasar por otro punto». Aquí nos encontramos con que la monarquía adquiere (en teoría) un papel esencialmente representativo como Jefe de Estado, con privilegios y prebendas. pero el resto de cargos gubernamentales son de elección popular y de temporalidad limitada.
En conclusión, en las sociedades modernas el modelo republicano constitucional se impone a las monarquías constitucionales o parlamentarias, como un sistema de gobierno más democrático, eficaz y participativo, donde la soberanía reside en el pueblo libre que se ve protagonista y dueño de su destino, participando activamente en la construcción de su futuro. Por todo ello, para nosotros la República ha sido y sigue siendo una causa irrenunciable.
Unión Republicana