· Feminismo · Derechos Humanos · Laicismo · El Partido · Afíliate ·

José María Orense [1803-1880]

José María Orense [1803-1880]
José María Orense y Herrero Milá de Aragón, nació en Laredo (Cantabria) el 28 de octubre de 1803. Era hijo de Francisco Orense, octavo marqués de Albaida, y de Concepción de Herrero. Su familia disponía de propiedades y varios cientos de hectáreas de terreno en las provincias de Palencia, Burgos, Jaén y Santander. Durante su agitada vida fue un luchador y agitador político antimonárquico y defensor de la República, con una oratoria chispeante, ingeniosa, repleta de chistes y anécdotas, llegando a ser presidente de las Cortes republicanas a instancias de Pi y Margall.

Estudió sus primeras letras en Bilbao y Filosofía en la Universidad de Oñate. A su regreso a Laredo se alistó en la Milicia Nacional de la villa nada más proclamarse la Constitución de 1812, tomando parte en la guerra contra los absolutistas. En 1823 perdió la batalla defendiendo su villa natal y tuvo que huir a Asturias, donde fue derrotado de nuevo en Colunga. Regresó a Santander para continuar la resistencia, pero fue capturado y encarcelado en Vitoria. Gracias a los contactos de su familia fue liberado muy pronto, aunque no pudo evitar el exilio a Londres en compañía de otros liberales. Allí estudió Economía y Administración y se casó en 1827 con Gertrudis Liyaur, natural de Buenos Aires, con quien viajó por Inglaterra y Estados Unidos hasta que regresó a España en 1832, cuando María Cristina decretó la amnistía para los exiliados.

En 1834, en plena guerra carlista, fue arrestado en Santander por sospechas en la "Conspiración Isabelina" debido a su fama de radical, permaneciendo seis meses incomunicado, con los bienes embargados. Más tarde se demostraría su inocencia. En esta época comenzó sus contactos con la prensa, colaborando en El Duende Liberal y el Tribuno, dos de los periódicos más avanzados de entonces. Tan apasionadamente defendió la Constitución en sus escritos, que en noviembre de 1836 fue nuevamente encarcelado por ello, aunque liberado poco después. Luego regresó a Santander, donde fue apresado por los carlistas. Finalmente volvió a exiliarse, esta vez a Francia, hasta el final de la guerra.

El 7 de octubre de 1841 se halló en Madrid entre los defensores de la ciudad y en 1844 fue elegido diputado a Cortes por Palencia, siendo uno de los parlamentarios más activos de la Legislatura, sobre todo en las sesiones de la reforma de la Constitución y de los presupuestos generales del Estado. Renovó su escaño en 1846, esta vez como diputado de Santander, escribiendo su ideario político que tituló ‘¿Qué hará en el poder el partido progresista?’ (1847). Al año siguiente tuvo que abandonar el partido progresista debido a su desacuerdo con el Concordato con la Santa Sede, reflejado en sus obras ‘¿A qué viene el Sr. Brunelli?' Y ‘El Concordato’ (1847). 

En su partido discrepó al defender el sufragio universal y participar en los sucesos revolucionarios de ese año, y aunque Espartero le ofreció el segundo puesto del partido en un intento de que no lo abandonara, no lo aceptó.

En 1848 figura en Madrid como uno de los suscriptores del libro de Víctor Pruneda Un viaje a las Islas Canarias, por diez ejemplares. El 7 de mayo de 1848 dirigió el intento revolucionario de Madrid, al frente de ochocientos hombres y cantando la Marsellesa. Esto le valió el epíteto de El Mazzini español y la obligación de emigrar a San Juan de Luz. En Francia conoció a Víctor Hugo y otros intelectuales.

Publicó en Pau ‘A l’Assemblée Nationale’ (1848), y en julio de 1849, en una carta desde Biarritz dirigida a Federico Balart y Nemesio Fernández Cuesta, se considera a sí mismo "republicano y librecambista, enemigo del socialismo y contrario a la farsa de la Monarquía constitucional".

En 1849 se integró en el partido demócrata desde San Juan de Luz, donde estaba viviendo, y regresó a España en 1850, tras otra amnistía, aunque fue encarcelado de nuevo por sus críticas a Narváez. A la salida de la cárcel, tuvo que exiliarse de nuevo, esta vez a Bruselas. En este periodo escribió: ‘Demostración de que las reformas propuestas por Orense están ya ensayadas’ (1851), ‘Señores electores del distrito de Palencia’ (1851), ‘Sistema del Gobierno español en materia de elecciones’ (1851) e ‘Historia del partido liberal en España. Introducción’ (1852).

En 1854 volvió a España gracias al triunfo de la revolución de aquel verano y fue nombrado presidente del Círculo de la Unión Progresista, una agrupación que deseaba trasladar la revolución hasta los límites de la democracia, protestando airadamente cuando María Cristina abandonó España sin ser juzgada "Motín de los Basilios". Por este motivo, el Círculo fue cerrado y Orense deportado a Palencia. 

En las elecciones de octubre de 1854 resultó nuevamente elegido diputado por la circunscripción palentina y encabezó en las Cortes la minoría de los diecinueve diputados republicanos e iberistas que, gracias a una ingeniosa contrapropuesta suya, pudieron votar contra la monarquía de los Borbones el 30 de noviembre de ese año. 

Participó muy activamente en los debates parlamentarios, especialmente en cuestiones administrativas y rentísticas, y en ellos defendió el que las leyes no necesitasen la sanción real, la libertad de cultos y la abolición de las quintas y de la pena de muerte. Como diputado por Palencia, es uno de los parlamentarios más activos contra la monarquía y a favor del sufragio universal. 

Cuando acabó el que se denominó Bienio Progresista, fue nuevamente encarcelado por orden de O’Donnell que persiguió y reprimió al partido demócrata, de tal manera que sus líderes sólo pudieron dedicarse a escribir, como ocurrió con Orense, que fue uno de los principales redactores del periódico La Discusión. En esta época escribió ‘Los fueros’ (1859), ‘La democracia tal cual es’ (1862), ‘Treinta años de gobierno representativo en España’ (1863) y ‘Programa democrático en decretos’ (1864).

Nuevamente ingresaría en prisión en 1860 debido a un acoso del régimen de Isabel II a los demócratas, que gracias a la llegada de Castelar, rompieron con la reina y defendieron el derribo de los Borbones.

En 1866 fue elegido presidente del comité democrático de Madrid, pero la jornada del 22 de junio le obligó a emigrar otra vez, huyendo a París. Meses después, en junio de 1867, viajó a Bruselas con Castelar, Chao, Pi y Margall, Martos, García López y García Ruiz para entrevistarse con los principales líderes progresistas, con los que se consiguió el acuerdo de unir criterios, aceptando la expulsión de los Borbones, la implantación del sufragio universal y el establecimiento de una Asamblea Constituyente que decidiera la futura forma del Gobierno. En 1869, Orense participó de la firma del Pacto Federal Castellano, también llamado de Valladolid. 

En mayo de 1870 regresó a España, a tiempo de poder votar en las Cortes contra Amadeo de Saboya y a favor de la república federal. Fue defensor del federalismo, escribiendo ‘Ventajas de la República federal’ y ‘Derecho público republicano democrático y federal’, ambas publicaciones de 1870. Ese mismo año, a la caída de Napoleón III organizó una legión de voluntarios republicanos españoles para ir a defender la proclamada República francesa del imperialismo prusiano y, junto con su hijo Antonio que comandaba la misma, se trasladó a Tours en 1870, pronunciando allí discursos a favor de la instauración de la federación latina y de la república universal. 

En 1871 fue elegido diputado por Valencia y La Bisbal, optando por el distrito gerundense en las primeras Cortes del reinado de Amadeo I. En las elecciones de abril de 1872, organizadas por el gobierno Sagasta, fue elegido senador por Santander y en las de agosto del mismo año, siendo presidente Ruiz Zorrilla, diputado por Barcelona. En 1872 escribió ‘La empleomanía’.

Formó parte de la Asamblea Nacional que proclamó la República el 11 de febrero de 1873. En mayo fue elegido diputado por Palencia de las Cortes Constituyentes, presidiendo éstas interinamente, por su mayor edad, desde su sesión de apertura, celebrada el 1 de junio, hasta el día 7, en que fue elegido presidente de las mismas por 177 votos, frente a nueve que obtuvo Salmerón. A pesar de la unanimidad de la Cámara, renunció a la presidencia para tener libertad política, cesando en ella el 12 de junio. Aunque su mandato fue breve, pasó a la historia por haber conseguido que se proclamase la República Federal Española el 7 de junio de 1873. En septiembre de ese año firmó, junto a Benot, Blanc, Cala, Estévanez y otros diputados intransigentes, un duro manifiesto contra el presidente Castelar.

El dos de enero de 1874, presintiendo el golpe de estado del general Pavía, dio un enérgico viva a la República federal. Este fue su último discurso. Tras el golpe de Pavía el 3 de enero de 1874 y el pronunciamiento del general Martínez Campos el 29 de diciembre de 1874, se exilió de nuevo a Francia y, una vez asentada la restauración de los Borbones, regresó a España en 1877. 

Visitado a principios de 1880 por el Pi y Margall, José Orense le manifestó que creía imperecederas las ideas federales. "Desgraciadamente -le agregó-, no puedo ya hacer más de lo que hice: estoy sordo, medio ciego, cojo y soy hombre al agua."

Retirado de la política, murió el 29 de octubre de 1880 en Astillero (Cantabria), en compañía de su hijo Antonio. Murió como han muerto tantos bienhechores de la humanidad: en el olvido. Sus restos mortales descansan en Ramales.

Publicar un comentario